“Más que el Oro” encarna la pasión ardiente por la justicia del Padre Mathew y su convicción de que la pobreza es un acto de solidaridad, no de privación. La letra convierte el voto de pobreza en un grito de esperanza y resistencia, recordándonos que la verdadera riqueza se encuentra en el servicio y la comunidad. La sección de llamado y respuesta, con influencias del góspel, refuerza la fuerza de la acción colectiva, haciendo de esta canción un himno que puede cantarse en iglesias, protestas o encuentros comunitarios.
“Esta canción no nació en un solo momento, sino en los muchos rostros y voces que he encontrado en las calles de Nueva York. He conocido personas que lo perdieron todo y, sin embargo, encontraron esperanza en la bondad de un extraño. He visto manos que ofrecieron su último pedazo de pan y, al hacerlo, se hicieron ricas más allá de toda medida. El mundo nos dice que necesitamos más para ser más, pero he aprendido que la verdad es la contraria. El voto de pobreza no trata de lo que perdemos, sino de lo que ganamos cuando nos entregamos plenamente a los demás. Esta canción es para todos aquellos que me han recordado que la dignidad no está en la riqueza, sino en el amor, en la justicia y en estar juntos.” Padre Matthew, S. J.
El Padre Mathew nunca se propuso escribir una canción. No fue algo planeado, sino algo que fue creciendo—como una chispa que se convierte en llama—encendida por las voces y las luchas de la gente a la que servía.
Todo comenzó en una fría noche de invierno en Nueva York. Caminaba por las calles con un termo de sopa caliente, deteniéndose a sentarse con aquellos que no tenían a dónde ir. Esa noche conoció a Carlos, un padre inmigrante que había perdido su trabajo y ahora vivía en un refugio con sus dos hijos. “Antes tenía una casa, un coche, una buena vida”, dijo Carlos, ajustando su abrigo alrededor del cuerpo. “Ahora no tengo nada.”
El Padre Mathew lo miró y sacudió la cabeza: “Tienes a tus hijos. Tienes tu fuerza. Tienes una comunidad que no te dejará solo. Carlos, tienes más que el oro.”
Esas palabras se quedaron con él.
Unas semanas más tarde, se encontraba en el sótano abarrotado de una iglesia, ayudando a repartir comida. Observó a una anciana, la señora Evelyn, colocar la mitad de su propio plato en las manos de otra persona, sonriendo mientras lo hacía.
“¿Está segura de que tendrá suficiente?”, le preguntó alguien.
Ella rio: “Hijo, he sido rica toda mi vida. No en dinero, sino en amor.”
Más que el oro.
La frase volvía una y otra vez, resonando en su corazón mientras encontraba más personas: madres solteras trabajando en dos empleos para alimentar a sus hijos, adolescentes aprendiendo a sobrevivir tras ser abandonados, obreros luchando por un salario justo. Por todas partes veía un mundo que medía el valor en riqueza, pero él encontraba la mayor abundancia en quienes menos tenían.
Una tarde, tras un largo día, se sentó en los escalones de su parroquia. La ciudad vibraba a su alrededor: autos que pasaban, risas, sirenas a lo lejos. Sacó la pequeña libreta que siempre llevaba consigo y escribió las palabras que habían estado madurando en su alma durante meses:
"Oh, somos más que el oro,
somos las manos que rompen cadenas,
los corazones que sanan, el amor que permanece.
Oh, somos más que lo que poseemos,
al entregarnos, hallamos nuestro hogar."
Una melodía le llegó—un ritmo como pasos marchando, como voces que se elevan en unidad. No era solo su canción; pertenecía a Carlos, a la señora Evelyn, a cada persona que le había enseñado que la verdadera riqueza no se mide por lo que se toma, sino por lo que se da.
Con el tiempo, la canción fue creciendo. La cantó con voluntarios mientras empacaban alimentos. La tarareó en protestas por los derechos laborales. La escuchó en las voces de los niños del centro comunitario, que la repetían con palmas al compás. Se convirtió en un himno de solidaridad, un recordatorio de que el voto de pobreza no se trata de vivir con menos, sino de caminar con quienes no tienen nada y proclamar que también ellos poseen dignidad y valor.
Un domingo, durante la misa, finalmente la compartió con la congregación. Cuando el coro tomó el estribillo y la gente se puso de pie, el Padre Mathew sintió una certeza profunda en su corazón:
Esto era el Evangelio en acción.
Esto era la razón de su vocación.
Esto era… más que el oro.
“Más que el Oro” del Padre Mathew no es solo una canción: es un himno de solidaridad, un grito de justicia y un recordatorio poderoso de dónde reside la verdadera riqueza. En las comunidades donde los jesuitas sirven a los pobres, acompañan a los marginados y caminan junto a quienes luchan, esta canción se canta con convicción, no solo como una reflexión sobre el voto de pobreza, sino como un compromiso con una forma distinta de vivir.
Para muchos, la canción lleva consigo el peso de experiencias reales. Aquellos que lo han perdido todo—migrantes, trabajadores que luchan por un salario justo, familias que apenas logran pagar un techo—reconocen en sus versos una verdad que ya conocen en lo profundo: la dignidad no se mide en posesiones. En albergues y centros comunitarios, Más que el Oro se canta con voces cansadas pero llenas de esperanza, resonando en quienes la sociedad ha querido convencer de que valen menos porque poseen menos.
Entre voluntarios jesuitas y activistas, la canción ocupa un lugar especial en las reuniones previas a protestas, en vigilias por la justicia, y en momentos de silencio tras largas jornadas de servicio. El estribillo—
"Oh, somos más que el oro,
somos las manos que rompen cadenas,
los corazones que sanan, el amor que permanece"— no solo se canta, se proclama: un rechazo desafiante al materialismo y una afirmación de la dignidad humana.
Los jesuitas en formación también hallan un significado profundo en esta canción, especialmente mientras se preparan para profesar el voto de pobreza. Las letras los interpelan a vivir lo que predican, a recordar que su misión no consiste únicamente en renunciar a la riqueza personal, sino en ponerse realmente del lado de los pobres. En casas de retiro y círculos de discernimiento, la canción se escucha suavemente como meditación, invitando a cada uno a reflexionar sobre lo que verdaderamente valora.
Lo que hace a Más que el Oro tan poderoso es su doble naturaleza: es al mismo tiempo íntima y profundamente comunitaria. Es un canto de autoexamen, que plantea a cada persona preguntas esenciales: ¿A qué me aferro? ¿Qué estoy dispuesto a soltar? Pero es también un canto de acción, que llama a las comunidades a mantenerse unidas, a resistir un mundo que equipara el valor con la riqueza y a proclamar una forma distinta de abundancia: la que se encuentra en el servicio, en el amor y en la justicia.
Ya sea entonada en la quietud de la reflexión o como una declaración valiente en las calles, Más que el Oro continúa inspirando, desafiando y uniendo. Es una canción que nos recuerda a todos: cuando nos entregamos plenamente a los demás, descubrimos un tesoro que ninguna riqueza puede reemplazar.
Un canto poderoso y apasionado sobre el voto jesuita de pobreza, escrito desde la perspectiva de un defensor de la justicia social en Nueva York. La canción tiene un ritmo firme, que mezcla folk-rock y góspel: guitarra acústica, percusión constante y un coro lleno de alma que enfatiza la solidaridad y la fuerza colectiva. La melodía es valiente y esperanzadora, evocando el espíritu de los cantos de protesta, la predicación callejera y las reuniones comunitarias. Las letras muestran la pobreza como un acto de desafío, una declaración de dignidad y un llamado a estar junto a los oprimidos. El tono general es inspirador, un grito de justicia, fe y acción.
(Verse 1 – Strong, steady rhythm, acoustic guitar driving the melody)
I walk the streets where hunger cries,
Where dreams are lost but hope survives.
A simple word, a hand held tight,
Can bring the dark into the light.
(Pre-Chorus – Building, voices rising in harmony)
They tell us wealth defines our worth,
But love is louder than this earth!
(Chorus – Bold, uplifting, with choir backing)
Oh, we are more than gold!
We are the hands that break the chains,
The hearts that heal, the love that stays.
Oh, we are more than what we own,
In giving all, we find our home!
(Verse 2 – Driven, urgent, electric guitar subtly joining in)
I’ve seen the fear in weary eyes,
The ones the world leaves cast aside.
But when we stand and share the weight,
We make injustice break.
(Pre-Chorus – Repeat, growing in power)
They tell us wealth defines our worth,
But love is louder than this earth!
(Chorus – Full, strong, voices lifting like an anthem!)
Oh, we are more than gold!
We are the hands that break the chains,
The hearts that heal, the love that stays.
Oh, we are more than what we own,
In giving all, we find our home!
(Bridge – Call-and-response, gospel-style, claps and stomps building energy)
What do we give? (We give our hands!)
What do we hold? (The truth that stands!)
What do we break? (The chains of fear!)
And what remains? (God’s love is here!)
(Final Chorus – Choir soaring, full instrumentation, a triumphant declaration!)
Oh, we are more than gold!
We are the hands that break the chains,
The hearts that heal, the love that stays.
Oh, we are more than what we own,
In giving all, we find our home!
(Outro – Fading, voices chanting softly, as if marching forward in unity.)
"In giving all, we find our home…
[Verso 1]
Caminé los caminos del poder,
pensé que el oro me haría crecer.
Pero vi en los ojos del que nada tenía,
una riqueza que el mundo no veía.
[Pre-Coro]
Dicen que el dinero da valor,
pero el amor es mucho más que oro.
[Coro]
Oh, somos más que oro,
somos las manos que rompen cadenas,
los corazones que sanan heridas.
Oh, somos más que lo que poseemos,
en darlo todo, el hogar tenemos.
[Verso 2]
He visto a un niño reír sin temor,
a un pobre dar su último pan con amor.
No tienen riquezas, no tienen poder,
pero en su entrega está el renacer.
[Pre-Coro]
Dicen que el dinero da valor,
pero el amor es mucho más que oro.
[Coro] (Más fuerte, con voces unidas)
Oh, somos más que oro,
somos las manos que rompen cadenas,
los corazones que sanan heridas.
Oh, somos más que lo que poseemos,
en darlo todo, el hogar tenemos.
[Puente] (Coro y solista en respuesta, estilo góspel)
¿Qué damos? (Damos nuestras manos!)
¿Qué guardamos? (La verdad que amamos!)
¿Qué rompemos? (Las cadenas de miedo!)
¿Qué nos queda? (Dios está aquí, es eterno!)
[Coro Final] (Gran celebración, con aplausos y esperanza)
Oh, somos más que oro,
somos las manos que rompen cadenas,
los corazones que sanan heridas.
Oh, somos más que lo que poseemos,
en darlo todo, el hogar tenemos.
[Outro] (Suave, como una oración que sigue en el alma)
En darlo todo, el hogar tenemos…
[Verso 1]
Ho seguito le strade del potere,
pensavo che l’oro potesse valere.
Ma negli occhi di chi non ha niente,
ho visto un tesoro splendente.
[Pre-Ritornello]
Dicono che il denaro dà valore,
ma l’amore vale più che oro.
[Ritornello]
Oh, siamo più che oro,
siamo le mani che spezzano catene,
i cuori che curano ogni ferita.
Oh, siamo più di ciò che possediamo,
donando tutto, la casa troviamo.
[Verso 2]
Ho visto un bambino ridere felice,
un povero offrire il suo pane con gioia.
Non hanno ricchezze, né grandi poteri,
ma nel donarsi sono sinceri.
[Pre-Ritornello]
Dicono che il denaro dà valore,
ma l’amore vale più che oro.
[Ritornello] (Più forte, con voci unite)
Oh, siamo più che oro,
siamo le mani che spezzano catene,
i cuori che curano ogni ferita.
Oh, siamo più di ciò che possediamo,
donando tutto, la casa troviamo.
[Bridge] (Coro e solista in risposta, come un canto comunitario)
Cosa diamo? (Diamo le nostre mani!)
Cosa teniamo? (Solo la verità!)
Cosa spezziamo? (Le catene della paura!)
Cosa resta? (Dio è con noi, ora e sempre!)
[Ritornello Finale] (Celebrazione gioiosa, con battiti di mani e speranza)
Oh, siamo più che oro,
siamo le mani che spezzano catene,
i cuori che curano ogni ferita.
Oh, siamo più di ciò che possediamo,
donando tutto, la casa troviamo.
[Outro] (Dolce, come una preghiera che continua nell’anima)
Donando tutto, la casa troviamo…
[Couplet 1]
J’ai suivi les chemins du pouvoir,
pensant que l’or pouvait tout avoir.
Mais dans les yeux de ceux qui n’ont rien,
j’ai vu un trésor entre leurs mains.
[Pré-Refrain]
On dit que l’argent fait la valeur,
mais l’amour est bien plus que l’or.
[Refrain]
Oh, nous valons plus que l’or,
nous sommes les mains qui brisent les chaînes,
les cœurs qui soulagent tant de peines.
Oh, nous sommes plus que nos biens,
en donnant tout, nous trouvons le chemin.
[Couplet 2]
J’ai vu un enfant rire sans peur,
un pauvre offrir son pain avec ardeur.
Ils n’ont ni fortune, ni grand renom,
mais dans leur don, ils sont bénédiction.
[Pré-Refrain]
On dit que l’argent fait la valeur,
mais l’amour est bien plus que l’or.
[Refrain] (Plus fort, avec des voix unies)
Oh, nous valons plus que l’or,
nous sommes les mains qui brisent les chaînes,
les cœurs qui soulagent tant de peines.
Oh, nous sommes plus que nos biens,
en donnant tout, nous trouvons le chemin.
[Pont] (Chœur et soliste en réponse, style gospel et engagé)
Que donnons-nous ? (Nos mains ouvertes !)
Que gardons-nous ? (La vérité parfaite !)
Que brisons-nous ? (Les chaînes de la peur !)
Que nous reste-t-il ? (Dieu est ici, Il demeure !)
[Refrain Final] (Grand crescendo, avec joie et espoir !)
Oh, nous valons plus que l’or,
nous sommes les mains qui brisent les chaînes,
les cœurs qui soulagent tant de peines.
Oh, nous sommes plus que nos biens,
en donnant tout, nous trouvons le chemin.
[Outro] (Doucement, comme une prière qui continue dans le cœur…)
En donnant tout, nous trouvons le chemin…
[Verso 1]
Segui os caminhos do poder,
pensei que o ouro me faria vencer.
Mas nos olhos de quem nada tem,
vi um tesouro que o mundo não vê.
[Pré-Refrão]
Dizem que o dinheiro traz valor,
mas o amor vale mais que o ouro.
[Refrão]
Oh, somos mais que ouro,
somos as mãos que quebram correntes,
os corações que curam as dores.
Oh, somos mais que o que possuímos,
ao dar tudo, o lar construímos.
[Verso 2]
Vi uma criança sorrir sem temor,
um pobre repartir seu pão com amor.
Não têm riquezas, nem posição,
mas no que dão há salvação.
[Pré-Refrão]
Dizem que o dinheiro traz valor,
mas o amor vale mais que o ouro.
[Refrão] (Com mais força, vozes unidas)
Oh, somos mais que ouro,
somos as mãos que quebram correntes,
os corações que curam as dores.
Oh, somos mais que o que possuímos,
ao dar tudo, o lar construímos.
[Ponte] (Coro e solista em resposta, com energia e fé)
O que damos? (Damos as mãos!)
O que guardamos? (A verdade e a união!)
O que quebramos? (As correntes do medo!)
O que nos resta? (Deus está aqui, é o nosso abrigo!)
[Refrão Final] (Momento de celebração, com alegria e esperança!)
Oh, somos mais que ouro,
somos as mãos que quebram correntes,
os corações que curam as dores.
Oh, somos mais que o que possuímos,
ao dar tudo, o lar construímos.
[Outro] (Suave, como uma oração que ecoa no coração…)
Ao dar tudo, o lar construímos…
[第一节]
我曾追寻财富和权力,
以为黄金能让我胜利。
但在那一无所有的眼里,
我看见世界看不见的珍贵真理。
[预副歌]
他们说金钱决定价值,
但爱远比黄金更真实。
[副歌]
哦,我们胜过黄金,
我们是破除锁链的双手,
是治愈伤痛的心灵。
哦,我们的价值不在财富,
奉献一切,我们得着归宿。
[第二节]
我看见孩子无惧欢笑,
穷人分享他的最后一餐。
他们没有财富,没有名声,
但在给予中,他们焕发光彩。
[预副歌]
他们说金钱决定价值,
但爱远比黄金更真实。
[副歌] (更坚定、更充满希望)
哦,我们胜过黄金,
我们是破除锁链的双手,
是治愈伤痛的心灵。
哦,我们的价值不在财富,
奉献一切,我们得着归宿。
[桥段] (合唱与领唱呼应,如同信仰的宣告)
我们给予什么? (我们献出双手!)
我们珍藏什么? (真理与爱!)
我们打破什么? (恐惧的枷锁!)
我们还剩什么? (上主在此,祂永不离开!)
[最终副歌] (充满喜悦,如同信仰的庆典!)
哦,我们胜过黄金,
我们是破除锁链的双手,
是治愈伤痛的心灵。
哦,我们的价值不在财富,
奉献一切,我们得着归宿。
[尾声] (柔和渐弱,如一场仍在心中回响的祷告…)
奉献一切,我们得着归宿…